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Piedras en un camino, decisiones por tomar, senderos que elegir y temores que afrontar. Muchas veces nos paramos en demasiado en cosas sin importancia, adornos y artificios que entretienen nuestro sentido y nos apartan de lo verdaderamente importante de la vida, tus rocas esenciales, tus cimientos y soportales.

Debemos saber elegir, tomar la senda correcta y disfrutar la vida con intensidad, con lo que realmente merece la pena y es importante. Lo demás sobra todo, pues “No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”. Y si sabes distinguir tus piedras esenciales, las columnas que soportan sus pasos, sabrás disfrutar del paisaje.

Lee esta historia y después recapacita:

La fábula de las piedras

“Un profesor, que había sido contratado para dar una formación sobre la gestión eficaz del tiempo, quiso sorprender a sus alumnos. Sacó de debajo de su escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:

  • ¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco?

Después de que los alumnos hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:

  • ¿Está lleno?

Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con piedras más pequeñas, metió parte de las piedrecitas en el frasco y lo agitó.

Las guijarros penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El profesor sonrió con ironía y repitió:

  • ¿Está lleno?

Esta vez los alumnos dudaron:

  • ¡Tal vez no!
  • Bien –dijo el profesor.

Y puso en la mesa un balde con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba entre los pequeños recovecos que dejaban las piedras grandes y pequeñas.

  • ¿Está lleno?
  • ¡No! –exclamaron, esta vez, los alumnos.
  • Bien –dijo el profesor que, tomando una jarra de agua de un litro, empezó a verter el líquido en el frasco.

El frasco aún no rebosaba.

  • Bueno ¿qué hemos demostrado? –preguntó el profesor a sus alumnos.
  • Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan las cosas –respondió un alumno avispado.
  • ¡No! –concluyó el experto- lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después.

Moraleja: Las piedras grandes son las cosas importantes: familia, salud, hijos, etc. La arena significa las cosas insignificantes de tu vida, por las que te preocupas demasiado. Si pierdes el tiempo y tu esfuerzo en estas nimiedades, no habrá sitio en tu vida para las cosas verdaderamente importantes. Preocúpate de las cosas importante primero y establece prioridades en tu vida, para vivirla con entusiasmo. ¡Tú tienes el poder!

Piedras