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Nada es fácil en esta vida, siempre habrá muros que sortear, personas que ignorar y rumores que olvidar. Pero si no lo intentas, es seguro que nunca lo conseguirás.

De espinas y rosas

Siempre he crecido teniendo en cuenta esta frase: «La vida NO es un camino de rosas» y desde bien temprano, en plena pubertad, pude comprobar que más bien son las espinas las que jalonan las etapas, los hitos superados o pruebas salvadas. Dolor, esfuerzo y sufrimiento por seguir adelante, por seguir dando pasos hacia el objetivo marcado, aunque sea por este valle de lágrimas. ¿Intentas abandonar?
 
Pero como camino que es, ya sea de zarzas o de algodón, tenemos que seguir caminando, intentando hacer más llevadero la carga, aprendiendo de aquellos baches dónde tropezamos y disfrutando, cuando se pueda del paisaje que nos rodea. Sólo si caminamos, aunque sea de forma lenta e imperceptible, haremos camino.
 
¡Y todos hacemos nuestro propio camino!, con espinas y cargas incluidas, porque nadie, absolutamente nadie, se queda en esta vida y seguro que se entera de que va montado en ella, de una manera o de otra. Por eso, aunque no podremos dominar los elementos, cada uno es dueño de sus pasos, elegimos caminar o quedarnos estancados. Aunque es seguro que alguna vez nos caeremos, ese miedo no nos puede frenar. Y si no lo intentas, jamás llegarás.

Amor en los zapatos

A pesar de los malos momentos y la pesada cruz que transportamos, es la creencia en nuestras posibilidades la nos empujan a seguir, a superar el dolor y continuar adelante. Y como ingredientes claves de estos pasos de gigante encontramos el entusiasmo por conseguirlo y el amor como catalizador, como elemento que une almas, que cura las heridas y nos invita a disfrutar de lo que tenemos.
 
Quien no ama, no siente; quien no siente, no puede percibir nada a su alrededor, ni colores, ni sabores, ni retazos de vida, ni sensaciones dolorosas, ni tan siquiera la luz del sol. Quien no ama, no se ve realizado ya que no puede percibir las cosas buenas de la vida, los momentos efímeros que nos invitan a continuar, y que descubrimos tras el temporal.
 
Ana Cobano, Teresa Perales, «El Cano», Carolina Marín, Úrsula Sánchez, Rafael López, Rebekah Marine,  David Suarez, Manuel Soto, José Antonio Martínez y millones de personas más, héroes y heroínas de la vida, tienen su camino, de muchas espinas, de mucho dolor, lágrimas y esfuerzo. Pero con entusiasmo, amor y valentía, lo han superado y han conseguido abrir las alas a la vida. ¿Te atreves a seguir sus ejemplos?
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A mayor esfuerzo, mayor recompensa

Nadie dijo que esto de caminar fuese fácil. En la vida jamás imaginamos, cuando empezamos a trazar, o intentar trazar, nuestro propio destino, que nos cueste tanto, que nos pongan tantas zancadillas o, incluso, que el panorama a veces se vea tan oscuro. Todo forma parte del decorado y del contrato que firmas al nacer.
 
Tenemos que creer a pie juntillas, demostrar valentía y ponernos el traje de faena. Perseverancia y esfuerzo, nos llevarán por truculentos senderos, atajos imposibles, caminos impracticables y precipicios de infarto. Desesperados querremos abandonar cuando nos falte el aliento pero nuestro coraje saldrá a relucir, nuestro amor por lo que hacemos nos mantendrá a flote. ¡Y ese será el momento de luz!. ¿Te atreves? ¿Lo intentas? 
 
Ya te lo digo: Tú sendero no es fácil, ni mucho menos. Pasarás y sufrirás mucho para llegar a tu meta. No esperes regalos ni facilidades, no esperes rosas ni azúcar. Todo te costará un mundo. Pero al final, tanto esfuerzo habrá merecido la pena y mirarás atrás con la satisfacción del deber cumplido y lágrimas en tus ojos…de alegría. 
 
Y recuerda, Si no lo intentas, es seguro que no llegarás. Así que ¡A seguir caminado!
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