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Es triste leer noticias como que una de las enfermedades del siglo XXI es la depresión, que ha proliferado mucho últimamente, incluso en la población joven, cuestión esta bastante grave y relevante.

Esta enfermedad se puede superar, con esfuerzo, dedicación y mucha paciencia, pero es mejor prevenirla y para ello que mejor que ACTIVARSE, buscar hacer cosas, realizar actividades, implicarse en proyectos o fabricarlos. Como decía Goethe: «La actividad es lo que hace feliz al hombre».



La actividad es acción, sentirse bien, aprender, buscar la sabiduría en nuevos retos, conocer y descubrir. También es emprender y arriesgarse, sientiendo la pasión de ciertos pasos inseguros que se convierten en potentes y livianos. La actividad es corazón, entusiasmo, deportes y aventuras, inventar mundos nuevos entre cuadros de centeno y luces de papel. Es gritar a los cuatros vientos, mientras se vuela la cometa de las ilusiones. Es involucrarse hasta el tuétano por algo o por alguien, librando batallas cruentas y furiosas tempestades. Es dormir al raso viendo las estrellas y hacer realidad tus proyectos. 

La actividad es sentirse útil, valioso y esencial, una dosis extrema de autoestima que enciende el corazón mustio de los inmobiles. La actividad es movimiento y el movimiento se demuestra andando, por muy largo que sea el camino. 

Siempre hay algo nuevo que queremos aprender o hacer o intentar. ¿A qué esperas para activarte? ¿A qué esperas para ponerte en marcha? ¿A qué esperas para buscar tu actividad? Siéntete activo, actívate y encontrarás la felicidad, tu bienestar.

Así que lo mejor que puedes hacer para pasar de un estado mustio o otro entusiasta es ponerte en movimiento, activarte y poner toda tu pasión en esa actividad. Corre, salta, vuela, diviértete, muévete y, sea como sea, nunca te detengas¡¡¡ La vida está pasando y, tal y como dice, Mago de Oz, «el mañana empieza hoy». ¡Ya estás tardando!