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Esencia de Andalucía

Para toda aquella persona que quiera visitar Andalucía, le regalo un poema para que vaya abriendo boca, para que se quede con esa esencia que enamora, que vuelve loco los sentidos y hace repetir al que lo prueba. Aquí os dejo un pequeño tarro de perfume, un pañuelo impregnado de magia, una ilusión y una luz que lo dice todo. Espero que os guste.

¿Qué quiere qué le diga?

¿Describírsela?

No sabría por dónde empezar,

pues no abarco tanta belleza,

y jamás se la podré explicar.

Le invito a verla,

a visitarla sin prisas,

como si el tiempo no existiera,

saboreando su esencia,

sumergido en su espíritu,

y sintiéndola.

¿Qué quiere saber? ¿El secreto?

No es nada y es todo,

es cuestión de detalles.

Quizás sea su luz,

una pasión desmedida,

que en paleta de colores,

pinta el color de la vida,

matizando los amores.

Quizás sea su aire,

en sin par algarabía,

que acaricia con su vuelo,

la más dulce letanía,

desde el balcón del cielo.

Quizás sea su agua,

en virtuosa sinfonía,

que reverbera quedamente,

para fluir con alegría

por el caudal de su fuente.

Quizás sea su aroma,

que con nocturnidad y alevosía,

recubre todos los jardines,

de una sutil melodía,

con notas de querubines.

Quizás sea su naturaleza,

verde razón escondida,

huellas de sol relevante,

con piedras de senda dormida

que buscan el mar por levante.

Quizás sea su fuego,

ardor de hoguera compartida,

que forja corazones al viento,

fragua de metal y herida,

guitarra en el sentimiento.

Quizás sea su gente,

con su huella entretejida,

pespunte, arte y simiente,

sonrisa abierta y valiente,

que siempre da la bienvenida.

Por eso, hágame caso, no se demore,

prepárese para la poesía

y piérdase sin condiciones,

disfrutando con osadía,

de la historia y las tradiciones,

de azahares de gran valía,

del suspiro y las emociones,

de una tierra repleta de cortesía

que está ungida de bendiciones,

y se llama Andalucía.