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Robé un beso furtivo

en el jardín de los desvelos

y hoy me siento cautivo

por mantener los anhelos,

por mostrarme tan efusivo

y por ver de cerca los cielos.

Y prosigo con el cultivo

de las rosas y los señuelos,

por aquel ósculo altivo

que confortó mis duelos

y me brindó el motivo

para quebrar los hielos.